Mission, Texas.- Estados Unidos no es el primer país que demanda a James Jensen por temas relacionados al “huachicol”, México, a través de PEMEX (Exploración y Producción) hizo lo propio hace 14 años.
La demanda se archivó en la Corte del Distrito Sur de Texas en Houston en mayo de 2011. En ella, PEMEX interpuso la demanda en contra de un total de nueve compañías, dos de ellas Big Star Gathering y Saint James Oil, propiedad de James Jensen, de Sandy, Utah.
Además de las nueve compañías los nombres de dos empresarios fueron señalados: James Jensen, de Sandy, Utah, presidente de Big Star Gathering y St. James Oil; y Jeff Kirby, presidente de Superior Crude Gathering.
Jensen actualmente es el dueño de Arroyo Terminals, la empresa cateada en abril pasado en Río Hondo, Texas, acusada de comprar “huachicol” mexicano, lavado de dinero, contrabando y otros delitos.
Big Star Gathering y otras dos empresas (Superior Crude y F&M) fueron acusadas directamente por PEMEX porque “participaron activa y conscientemente en una conspiración para importar y comercializar el condensado robado en Estados Unidos”.
Pemex alegó en 2011 que las nueve empresas estadounidenses “a sabiendas o no” compran el gas robado para venderlo en Estados Unidos.
Les acusaba de posesión y uso ilegal de bienes soberanos mexicanos, apropiación indebida, enriquecimiento injusto y conspiración.
En su demanda, la empresa mexicana denunciaba que los cárteles de la droga robaban el condensado de gas natural de Burgos, -en el noreste de México-, que eran “incentivados y facilitados” por compañías petroleras y de oleoductos estadounidenses que “compran el gas y lo venden en Estados Unidos”.
“El condensado generalmente se transporta en forma líquida y se utiliza como materia prima para refinerías y plantas petroquímicas. Dado que el condensado suele contener pocos contaminantes y se refina fácilmente para obtener productos petrolíferos de alto valor, generalmente compite directamente con el crudo ligero en los mercados petroleros downstream”.
Debido a la cercanía de la Cuenca de Burgos con la frontera norteamericana el condensado fácilmente era cruzado a los Estados Unidos, particularmente a Texas y a estados aledaños.
“En México no hay mercado para el condensado robado, solo PEMEX y sus subsidiarias lo operan y no recompran su propio condensado robado”.
“Por lo tanto, sin un mercado estadounidense para el condensado robado, no habría razón para los robos y la violencia en México”.
Pemex desde agosto de 2006 no había vendido condensado de gas natural “Por lo tanto, todo condensado mexicano que entró a Estados Unidos después de agosto de 2006 fue robado e importado sin título”.
En una entrevista con un diario de Utah, Jensen dijo textualmente: Big Star nunca compró -a sabiendas- productos petrolíferos de origen mexicano y agregó:
“Compramos a empresas estadounidenses. Entendemos que se genera en el país… Pero es difícil dirigir un negocio si piensas que cada vez que compras tienes que contratar a un detective para que investigue de dónde proviene”.
Según documentos de la corte, Big Star compró condensado a Y Oil y Gas, cuyo propietario fue Arnoldo Maldonado, mismo que se declararía culpable de conspiración para recibir y vender condensado mexicano robado.
PEMEX habia demandado por 300 millones de dólares pero en 2013 abandonó el caso. Irónicamente, 14 años después, el gobierno americano estaría asegurando cuentas bancarias, propiedades y bienes a Jensen por 300 millones de dólares.
Los demás acusados fueron: F&M Transportation, Joplin Energy fka Hutchison Hayes Energy, Plains All-American Pipeline, SemCrude; Superior Crude Gathering, TransMontaigne Partners y Western Refining Co.
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